miércoles, 29 de diciembre de 2010

Religión, moral y sexo



La doble moral sexual es propia de la era victoriana.
La Reina mandó alargar los manteles de palacio para que cubrieran las patas de la mesa en su totalidad ya que, decía, podían incitar a los hombres al recordar las piernas de una mujer. Sin embargo, paralelamente a las estrictas costumbres de la época se desarrollaba un mundo sexual subterráneo donde proliferaban el adulterio y la prostitución.
La prostitución era una actividad muy frecuente en la Inglaterra del siglo XIX. Tan sólo en Londres se calcula que había unas 2.000 prostitutas en los barrios bajos de la ciudad. Generalmente éstas eran mujeres que hacían la calle por unas pocas monedas y que procedían de las más diversas nacionalidades. Londres era una capital terriblemente pujante y era un destino muy popular en los flujos migratorios.
Las prostitutas poblaban los bares y las calles de Whitechapel, uno de los barrios más pobres del East End. Pero también se encontraban cerca de teatros y establecimientos de ocio masculino, desde burdeles hasta locales donde los hombres bebían y disfrutaban de espectáculos eróticos que muchas veces estaban protagonizados por menores de edad. La prostitución homosexual también existía, aunque lógicamente el secretismo en torno a ella era mayor.
Las enfermedades sexuales por tanto, fueron muy corrientes en la época, como lo fue también la tuberculosis.

Con respecto a la religión la verdad no he conseguido aclararme mucho las ideas (sería todo un puntazo que alguno de vosotros lo aclarase) tal como yo lo veo, después del mejunje Tudor, había muchas ramas dentro del cristianismo. La herencia católica sigue presente, pero están instaurados el protestantismo y la iglesia anglicana. Por otra parte los escoceses y los irlandeses tienen sus propias iglesias alejadas en ritos de la iglesia anglicana. (Todo lo que pueden alejarse, rezando al mismo dios y viniendo de la misma estructura).
Aunque la religión se ha usado y modificado a gusto de unos cuantos para explicar los cambios que ellos necesitaban, el pueblo es un ferviente defensor de sus creencias sean las que sean y le repriman hasta done le repriman.
Es importante que tengáis en cuenta que aunque hablemos de la doble moral victoriana, de la prostitución y la depravación, el sentimiento más importante en todo eso es la culpa. El sexo no era sólo un tema tabú, era un tema prohibido y deleznable. El cuerpo es algo de lo que uno se debe avergonzar, y el cuerpo del sexo opuesto es una abominación.
Es debido a esa represión terrible que florecen todos los monstruos del ser humano, es posible que algunos de vosotros decidáis llevar un personaje pragmático o libertino. No hay problema, sólo quiero que tengáis claro en todo momento que con ello estáis condenando vuestra alma.

He dicho.

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